miércoles, 14 de marzo de 2012

POLITICAS DE RECICLAJE DE DESECHOS DE MEDIOS DE ALMACENAMIENTO PARA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE


ANALISIS DE LAS POLITICAS DE RECICLADO Y DESECHOS DE INSUMOS EN LA OPERACIÓN DEL EQUIPO DE COMPUTO ENCAMINADO A LA PROTECCION DEL MEDIO AMBIENTE

Buscando una solución a este problema de disposición, ciertas organizaciones ambientalistas han creado una estructura de reciclaje que reduce los desperdicios en la fuente y permite que lo que no se pueda reducir se recicle. La efectividad de esta estructura de reciclaje es casi total según la compañía Summit’s Electronic Recycling.
Ellos reclaman que han logrado que solo la mitad del 1% de los materiales que procesan termine en los rellenos sanitarios. Esta estructura de recuperación, reducción y reciclaje se compone de 4 partes:

* Reuso: Utiliza las partes o componentes de otros sistemas para mejorar el propio. Crea productos nuevos usando las partes que no se puedan usar según el diseño original; puede crear libretas, carpetas y joyería.
*Reducción: Considera alquilar o mejorar computadoras en vez de comprar nuevas. Comparte la
computadora propia y compra sólo el equipo que necesita.
*Donación: Dona el equipo a un vecino, a escuelas, a caridades o a cualquier otra persona o entidad que necesite el mismo.
*Reciclaje (desmanufacturación): Luego de desmontar el equipo, el metal, el plástico y el vidrio se procesan para ser reusados. No descarta computadoras que no se puedan reparar o componentes que no se necesiten, sino que los lleva a los centros de acopio. Sin embargo, es la alternativa más cara.

Se pretende evitar que las computadoras, sus partes y periferales terminen yendo a los rellenos sanitarios o sigan ocupando espacio en los hogares o almacenes de sus dueños. En la actualidad, la entidad que cuenta con unidades de computadoras declaradas obsoletas sólo tienen una entre dos salidas: el relleno sanitario o la actualización (“upgrade”).
La actualización es el proceso mediante el cual el propietario de una computadora cambia algunas de sus partes por piezas nuevas de mayor capacidad o velocidad que las piezas originales. Las mejoras a una computadora cuestan entre $1,200 y $1,500 dólares por unidad (Currid, 1992), lo cual no permite que sea costo efectivo mejorarlas. Una unidad nueva PC puede costar alrededor de $1,775 (Trinidad, 1997). Sin embargo, bajo esta nueva estructura de reciclaje se proveen otras opciones. Como primera opción, se pueden donar las computadoras “obsoletas” a escuelas o individuos que no las pueden costear. Esta alternativa se haría más atractiva mediante la creación de nuevos proyectos de ley que popongan excenciones contributivas a los donantes de equipo (García 1997). La segunda opción es usarlas en la misma industria o comercio en tareas para las cuales sí estén cualificadas (Currid, 1992). Estas dos opciones no buscan sino utilizar la sofisticada fase del reciclaje de equipo cuando se agotan las otras alternativas.
Las computadoras son instrumentos que se deben manejar de forma diferente a otros materiales que se van a reciclar. Esto debido a su composición interna que consiste de varios tipos de materiales, a su vez reciclables individualmente (Gosch, 1992). En la mayoría de las computadoras existen los siguientes materiales en proporciones similares a las siguientes:

• Acero y metales no ferrosos 40% a 70%
• Cables y alambres 1.5% a 6%
• Tubos de despliegue Hasta 6%
• Materiales termoplásticos Hasta 20%
• Mezclas de plásticos 1.5% a 6%
• Materiales especiales (baterías, entre otros.) 0.3% a 0.5%

También llamada la compubasura, se trata del problema tan esperado que se ha hecho evidente en los años recientes: la excesiva acumulación de equipos electrónicos en el mundo. Solo en Estados Unidos se compran alrededor de 22 millones de computadoras cada año y se estima que la disposición mundial de computadoras y sus periféricos habría alcanzado en el 2001 cerca de los 150 millones de unidades solo ese año a una tasa de crecimiento del 16% quinquenal (ver 1). La rápida obsolescencia de los equipos de hardware se debe a un acelerado desarrollo de la tecnología disponible que ya por razones de mercado ya por requerimientos técnicos pierde compatibilidad con la tecnología anterior.
En principio el problema de acumulación de basura estaría afectando seriamente a los países desarrollados, que están implementando rigurosas políticas de disposición de desechos en vertederos. La tendencia ha sido retrasar la disposición, acumulando la basura electrónica en almacenes y garages, lo cual viene acompañado de un reciclaje a escala muy pequeña. Sin embargo, esta basura no podrá ser acumulada para siempre en estos almacenes. Así es como los que generan esta basura han apelado a dos medidas principalmente:

1) Reuso y Reacondicionamiento que consiste en aprovechar el mismo computador con algunas modificaciones; y
2) Reciclaje, que consiste en deshacer el computador hasta sus componentes y reusar los mismos.

El caso de reuso es uno que se practica normalmente dentro de las organizaciones y en países en transición, como Venezuela. Sin embargo, no es una fórmula sostenible debido a la presión que ejercen las prácticas comerciales de garantía y servicio, la compatibilidad tecnológica y la vida útil del equipo. Igualmente, la donación es incluso evitada por las organizaciones receptoras que no siempre están dispuestas a recibir equipos usados. Sin embargo, el tamaño del problema de basura electrónica es tal que los países desarrollados están definiendo estrategias que faciliten el reuso como alternativa, y se han volcado a los países en vías de desarrollo como depositarios de esta tecnología. Si bien esto puede ser interpretado como una muestra más de que los países desarrollados ven a los menos desarrollados como sus verterderos, también existen realidades en nuestros países que suponen una oportunidad en usar tecnologías menos avanzadas.
Por ejemplo, existen numerosos casos que demuestran que adoptar una perspectiva tecnocentrista para proyectos de desarrollo social a menudo terminan en fracaso (ver 2). En nuestros países existen sectores socio-económicos con una importante brecha digital, a los cuales es difícil proponer el uso de tecnología muy avanzada. Adicionalmente, la falta de presupuesto algunas veces impide asumir los costos de adquisión de equipos nuevos. En ambos casos, el uso de equipos reusados es una alternativa.
Aún así, los equipos reusados requiren la implementación de medidas adicionales que revitalicen el buen uso de los mismos. No se trata de simplemente donarlos: se trata de reacondicionarlos y de prolongar la vida y los servicios hasta que se asegure una correcta sustitución. De acuerdo a un informe (en preparación) realizado para una ONG holandesa, encontré que en Latinoamerica empiezan a evidenciarse algunos programas de mejores prácticas para el uso de equipos usados. Los más populares consisten en salas de computo para escuelas estatales (ejm. Argentina, Colombia, y ahora Guatemala y República Dominicana) basados en los éxitos alcanzados en un proyecto canadiense. Otros programas, como en Brasil y un poco Ecuador, se asocian al fortalecimiento de sectores menos favorecidos liderados por organizaciones civiles e incluyen adicionalmente el uso de software libre, una fórmula que gana más interés día a día. El uso de este tipo de software promete ofrecer los mismos usos que el software tradicional ocupando menos memoria. Pero no parecen haber iniciativas serias de las organizaciones ambientalistas latinoamericanas.
Ahora bien, es importante resaltar que incluso un buen programa de computadoras reacondicionadas no acaba en definitiva con el problema de basura electrónica: simplemente extiende el plazo de desechar el equipo. De allí que también se piense en la alternativa de reciclaje.
El problema de la basura electrónica no es solamente la acumulación de unidades en los vertederos: las computadoras actuales están hechas con materiales dificilmente degradables e incluso tóxicos. La lista es larga (ver 

1): plásticos, incluyendo PBC; plomo en las pantallas; mercurio en los interruptores; berilio en los tableros; cromo, bario…
Como respuesta a este problema, los hacedores de política han pasado las responsabilidad a los productores, haciendo que ellos asuman las externalidades negativas de sus productos. Ahora bien, el reuso, que no es más que prolongar la vida útil del equipo, aplaza el descarte de basura eletrónica, no lo evita. Por otro lado, la industria de productos electrónicos basa su rentabilidad en la rápida obsolescencia. La respuesta? El rediseño de sus productos para hacerlos reciclables. Hoy la industria de reciclaje de equipos electrónicos está ganando relevancia en algunos países desarrollados y en transición. Esta industria está recibiendo el apoyo de los productores de computadoras, tales como HP y Dell. Un reciente artículo en la prensa nacional menciona las estrategias de los fabricantes para recuperar el equipo y reciclarlo (ver 2).
La industria de reciclaje puede llegar a ser provechosa (ver 3). El reciclaje de equipos electrónicos tiene diferentes niveles de complejidad: empezando desde partes enteras, como los minicomponentes eletrónicos todavía útiles, hasta la recuperación de substancias y compuestos, tales como plásticos y metales. Muchos de los elementos mencionados son de alto valor agregado, como oro y paladio. Incluso se puede encontrar oro en los circuitos impresos de las computadoras: por cada tonelada de equipo se pueden extraer 100 gr de oro (ver 3). Aún así, existe un problema: los costos de extracción son altos – tanto que reciclar en USA cuesta 10 veces más que mandar los equipos desechados a verterderos ilegales en China (ver 1) – y los procesos pueden ser muy contaminantes. En los países asiáticos el reciclaje se corresponde con políticas ambientales muy blandas. Tal vez habrá que esperar a que la industria modifique las especificaciones de sus equipos para utilizar substancias menos tóxicas, como plomo o PBC, aunque eso tomará algún tiempo y los equipos viejos aún estarán allí.
Que queda para Venezuela? En realidad, el actual consumo de equipos eletrónicos (incluyendo televisores, radios y teléfonos) es muchas veces inferior al de países desarrollados. Pero no es pequeño. En el caso de las computadoras, por ejemplo, datos recientes sugieren un consumo de 700 mil unidades anuales creciendo a 2.5% al año (en base a datos de CAVEDATOS).
Estamos preparados para manejar nuestra basura electrónica? Las políticas nacionales en materia de manejo de desechos sólidos y en particular de equipos eletrónicos existe pero no es muy avanzada, y lo que a veces parecen medidas de manejo son en realidad el resultado de factores económicos desfavorables. Por ejemplo, debido a los costos de adquisición de nuevos equipos, es normal que se intente prolongar la vida útil de los viejos mediante el reuso, pero esto es basado en la necesidad más que en la planificación. Existe tambien una política de recolección de desperdicios, pero estos van directamente a los vertederos. El reciclaje de estos productos es otra cosa. Por ejemplo, aunque muchos lo llaman así, en Venezuela no existe realmente una industria de reciclaje. Los llamados cartuchos de tinta reciclados son realmente reusados. En todo caso, reciclaje es una industria riesgosa y debe ser vista con cautela.

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